Las grandes ciudades laten a un ritmo que se vuelve inaguantables para cualquier persona. Este ritmo le termina ganando hasta al individuo más tranquilo y lo convierte en una persona intolerante, nerviosa y que vive al límite de explotar en cualquier instante. El tránsito pesado, un semáforo en rojo que tarda en cambiar al verde,Continue reading “Vida urbana sin estrés”